domingo, 16 de septiembre de 2012

Hoy empieza todo.

Se trataba más bien,
de aprender a vivir sin sus besos.
Sin esa boquita de ángel
caido del cielo
a la tierra del pecado.

No sabia por qué,
pero tras sus trabesuras nocturnas
me curaba de las pesadillas con su nombre.

Quizás fuese buena en mis manos
sin dejar descansar los puñales
que vivian en sus acentos
y atentaban contra mi espalda.

No era una diosa,
de esas que se escriben con mayuscula inicial,
ni dejaba que las minusculas
infundiesen menos temor.

Era pequeña cuando quería,
y tan grande
sin llegar a ser mayor,
pero mucho más que joven

lo fue siempre.

Era de esas que se atrevia
a rimar alejandrinos a mitad del verso
sin importarle la metrica.
Pero siempre bien llevada.

Se vio en mis brazos,
siendo ella la que me tenia cojido a mi.

Jamás conoceré las verdaderas intenciones que traía
si esque ella trajo alguna vez algo de verdad.
Se limitaba a no atender la realidad
por eso hablar de verdad
nunca tubo sentido alguno a su lado.

Quizás jugó con la ficción,
hasta que la ficción cobró su sangre,
haciendo daño,
haciendo realidad
lo que era ella,
asique para volver a ser esencía,
se esfumo sin poder alcanzarla,
como un sueño que se desvanece con el despertador.

Y a todo esto eran las 7 y cuarto,
y la radio estaba sonando.
Como siempre,
como hacía tanto que no pasaba,
como los dias siguientes.

Porque el invierno llega,
y la rutina nubla un cielo no siempre gris,
quizás mas claro,
pero, al que le falta la luz de sus ojos.