miércoles, 31 de octubre de 2012

Impía

te dejabas caer en la cama como una carta en su buzón,
sujeto en el portal de enfrente.

No te importaba,
o eso nos hacias creer,
que nos despertase el olor de tu perfume,
proveniente te tu pelo mientras yo veia el cosmos.

Pequeño y desprotegido,
me veia llover en un acantilado de pasiones que no sentía
que no buscaba
que las mismas ramas de los árboles me traían
y se llevaban las hojoas.

No cabia la luz en este juego de sobmras,
ni el mayor resquicio de luz
que salía del centro de tus ojos
nos dejaba de cegar.

Creíamos ser libres,
cual pájaros
volando alto por las azoteas de los edificios.

Y esque íbamos muy lejos
sin mover los pies.

Cantaron las doce en el reloj de la torre
luego las once en el de la plaza
y yo ya no recuerdo como llegamos a las siete y media
cuando se callo el despertador.

Revoloteaban las gabiotas en la ventana,
sumidas en sus paranoias y pensamientos
soportando el peso del mundo bajo sus alas.

No cabían reproches ni agonías.

Y volvió a sonar el reloj,
sin pasar ni diez minutos.

Y la torre dio la una,
y el reloj de la plaza las tres,
mientras que el despertador estaba puesto de ayer,
a la hora en que no desapareció la cenicienta.

Habia más princesas atrapadas en sus ojos,
que la belleza que podía aportarle el espejo.
Y se marchitaban las sombras,
como se nos fundía el sueño.

La noche pasó como también paso la mañana siguiente,
y se me acababan las notas,
así que empecé una nueva escala.

Esta vez no puse compases.

Los dedos los tenía suaves,
se me borraron los callos de otras lunas.
Mis ojos eran suaves,
y en mi oido se escuchaba algo dulce.

Las montañas eran como las grandes llanuras de los libros
y los caminos rectos estaban empedrados sin sentido.

A nosotros que siempre nos gustaron poco los retos,
nos encontrabas remando rio arriba.
Donde no nos alcanzase el sol,
pues solo queriamos ver la luna.

miércoles, 24 de octubre de 2012

No digas amor, si estas enamorado

No se como pero lo conseguiste,
me llevaste hasta ese universo
en el que ya no importa
y me devolviste la sonrisa.

Me mirabas con esos ojos tan tuyos
llenos de luces
de esos que te atraviesan y te ves por dentro,
a ti mismo.

Me descubristes más de mi,
de lo que yo habría imaginado jamás
y la ventana estaba como abierta,
pero sin que nos molestase la corriente.

Eras como un psicólogo,
pero de los buenos,
de esos que sabes que te escuchan de verdad
y si que te hablan,
dejando que te escuches.

No eras una más,
lo lei bien pronto en tu sonrisa.
Tampoco estoy seguro de que seas Ella,
pero eres tú,
que es más de lo que siempre he soñado.

Bailabas sin moverte,
con la alegría de tus pasos,
mientras yo me quedaba ipnotizado con tu vestido
aunque fueses en vaqueros.

Tratabas con tanta ignorancia tu alrededor
que lo hipnotizabas y hacías tuyo,
alegrandome un simple guiño
que me decía que te acordabas de mi.

Yo ya no podre olvidarte.

La lluvia no hizo más que ayudar
a que creciese la semilla de un amor recien plantado.
Y como en aquella vieja peli de aquel jolivuz con clase
yo bailaba de alegría sin moverme,
embriagado por la luz de tu rostro,
por la sencillez de tu sonrisa.

Caia ya el invierno envenenado
con una lluvia fría
de canciones de noviembre,
cuando me sorprendio otro guiño tuyo.

No tuvo respuesta.

Fue entonces cuando supe que ya
no vendrian reyes a regalarme nada,
y que los señores con barba blanca
perdian su bondad cuando se teñian.

Me hice mayor.
O eso creo.

Me hice mayor.
Y todo fue culpa tuya.

Camino de estrellas

Fui muy lejos
alejandome de tus labios
hasta que llegue a donde por mucho que me diese la vuelta
no te veia,
no estabas.

Fue entonces cuando me di cuenta
de que por mucho que lo intentase
ya jamas podria recordar tu cara
tus labios,
tu sonrisa.

Las estrellas estaban alli,
viendo como se iban secando los parpados
con el cielo negro de fondo.

martes, 16 de octubre de 2012

Railes de la nada

No se si es oro todo lo que reluce,
pero se que lucian y relucian
sus ojos.
Ahogados en un mar de lagrimas
en la tierra donde el sol sale
entre las rendrijas de las persianas.
Manchadas de un carmin que se quedo sin labios,
labios que se quedaron con la sed.

Aullaban a la luna las almas,
que no contemplaban las estrellas a su vez,
no morian por el momento las aguas
que antes de los rios
las alcantarillas van a ver.

Tumbados tu y yo en tan incesante melodia
deslumbrados por la belleza de aquella penumbra.
Donde me dijiste que te ibas
y no volverias a buscarme.

Tengo que reconocer no amada mia
que jamas te vi tan bella como aquella vez.
En que desfilando con tus tacones y sin aguja,
te ibas sin girarte,
sin que yo te esperase volver a ver.

Ahora has venido a mi vida,
reencarnada en aviones de papel,
tirando mis torres y alfiles,
obligando a los peones a ser

mas timidos cuanto mas le tiemblan las piernas.

Las damas se escondieron,
y las ocas no volvieron a volar.

Pero lo mas duro fue,
saber que me echaban a mi la culpa.

Fueron los trenes al estrellarse
lo que me desperto aquella mañana,
que sabia yo que por la tarde
la nieve no impediria su marcha.
Chocaban si,
pero con clase.
Ya quisiera yo poder
perder con tal facilidad a mis vagones.

Era carbon creo recordar,
con el que pinte la solera de las habitaciones,
tanto desastre
algo util habia que sacar.
De este modo aparecio algo,
has de imaginarte cual grata sorpresa,
del carboncillo salio una tilde.

Que sabia yo que tanto dolor fuese a causarme
cuando me di cuenta que se posaba
para hacer mas sonante aquel TÚ.

Me di cuenta luego de que solo tú llevabas tilde.

Volvieron a chocar los trenes.