viernes, 27 de febrero de 2015

Distancia

Escribiría mil poemas desordenados
en el caos de tus ojos que tanto admiro
dejándome llevar por un suspiro
hasta la piel de un hombre condenado.

Perderme, entre tu pelo no es castigo
es más como tocar un cielo soñado.
Condena es el verme desquiciado
sin poder estar un día contigo.

No quiero otro canto de sirenas encantadas
que me arrastren a la costa del olvido
donde no susurran tu nombre las montañas.

Y beber el agua de algún río
que lleve el agua que acompañas
con tu amante sonrisa y el corazón mío.

Aclaración: Este es uno de esos poemas que escribí en papel hace mucho y que tenía todas las papeletas para perderse en el olvido. Si lo rescato ahora es porque ya tiene nombre, aquel día lo escribí como tantos otros sin destinatario, sin hablar de nadie. Ahora me doy cuenta de que habla de esa persona en la que pienses cuando lo lees; y es que sin hablar de nadie versa sobre uno de los mayores tormentos: la DISTANCIA.