Niños

Recapitulemos, hagamos valence y tiremos de memoria. Dejemos a un lado las arrogancias y seamos críticos, saquemos el valor que desvanque al miedo de la opinión ajena y quitemonos la coraza que esconde nuestras inseguridades. Empecemos a admitir que tenemos miedo, que estar preparado no es lo mismo que estar listo y que tenemos mucho que aprender. Dejemos de lado las preocupaciones el reloj y el calendario. Descubramos que seguimos siendo niños jugando a ser adultos, porque amigos este juego se nos queda grande. Vivimos atados a un futuro que nos asfixia, que nos obliga a poner nuestras esperanzas en el, a comprometer nuestros sueños, alegrías, penas y emociones a situaciones que no llegan. Y cuando llega ya estamos comprometidos con otro futuro que está más adelante.
Solo nos topamos con el presente cuando nos quedamos sin futuro y nos inunda el miedo.
Es hora de decir basta. De dejar salir a ese niño que todavía somos y que disfruta sin tener un ojo puesto en el mañana. Tengamos el valor para romper con todo. Para dejar de soñar en lo que un día llegue y empecemos a imaginar lo que ahora pueda ser, porque ahora, si si ahora mismo, podrías ser feliz.

Nos va transformando el tiempo

Ya casi no me atrevo a escribirte,
se acabó la osadía, el valor del comienzo
he quedado tocado
pero no se reconocerlo.

Se me ocurren mil versos
pero todos riman tristes.
No voy a empañar con mis llantos
tus despertares.

Solo mereces mil sonrisas.

Aunque cada vez me cueste más lograrla.

La confianza, la rutina, la costumbre...
han acabado con el misterio, el valor, la locura...

Nos hemos vuelto más sensatos, más prudentes, más callados.
Nos hemos reinventado, hemos crecido, hemos avanzado.

Y ha cambiado el miedo de aspecto.

Ahora es la incertidumbre del futuro, la realidad y la vida.
Ahora es el futuro y no el presente el que paraliza nuestros días.

¡Que estúpidos somos!
¡Que críos, que locos!

Me destrozo por la noche, me descompongo,
desato mi locura, lloro y me escondo.
Por algo que aún no ha pasado, ni se si llegará.
Y si llega será inevitable.

¿Entonces para qué llorar?
¿Para que rezar?

¿Quisiera más?
Si

¿Pero acaso hay alguien que se haya saciado de amar?

Podemos pedir imposibles,
quizás se hagan verdad.
Podemos seguir soñando,
algún día puede hacerse realidad.

Pero no podemos seguir llorando,
porque es entonces cuando jamás pasará.
Llantos, lamentos, suplicas, tiempo perdido.
Más vale poder aprovechar el que me quede contigo.
Será la única forma de recordarnos con cariño.

Y si ocurrió una vez,
¿por qué no va a ponernos más cerca el destino?

Jamás creí llegar a conocerte
y hoy solo sueño contigo.

Quizás tengamos otro golpe de suerte
quizás no
pero cada día juntos,
más bonito no puede haber sido.






No se si quien se esconde detrás de estos versos llegará a leerlos. O si llegará a leerlos alguien. Lo escrito, está escrito con el corazón y se que comparte esta sensación.
Tampoco se si llegará a leerlo alguien nunca, pero si lo has leído espero que me entiendas y que hayas compartido tu tiempo con alguien que haya sido tan maravilloso como ha sido mi suerte; aunque espero que no hayáis tenido mis problemas para disfrutar el uno del otro.

P.D: Quizás el tiempo lo haya vuelto todo menos emocionante, pero he de reconocer que también ha traído los mejores momentos, no dejemos que los estropee la incertidumbre.