sábado, 26 de enero de 2013

Mira al Este, de donde nacen los sueños.

Me va sonriendo la vida,
sin saber muy bien por qué.
No se si es conpasiva
amarga y dulce a la vez.

Sera felicidad,
dentro de lo infeliz que es este invierno.
Espero que me tenga en cuenta
un rayito de este sol de enero.

Y si no,
pues que me moje la lluvia.

El viento en la cara,
su sensación de libertad,
no es más que una mera recompensa
por enfrentarse al vendaval.

Ese vendaval que emana de tus ojos
y no deja arbol sobre sus raices.

Te moja la lluvia.

Te moja la lluvia
y te vas sintiendo vivo
te vas sintiendo vivo mientras sus gotas te golpean la cara,
sientes el frio del agua
y te devuelve el calor a las mejillas.
Sientes como las vas sintiendo correr
y te sientes vivo.
Depies.

Depies te mantienes,
sin intentar tumbarte
sin arrodillarte.

Pero tu alma ya ha vencido,
hace mucho tiempo que cayó
sucumbida ante la profundidad de tus pupilas
y al filo de tus pestañas.

Canturreando una canción.

Ya no me atrevo a llamarla nuestra,
porque nuestro ya no queda nada

ahora soy completamente tuyo.

Faltaba poco para amanecer y me dejaban de responder los dedos,
así que decidi colocarlos en tu espalda.
Juro que yo no dibuje ese corazón,
lo hicieron ellos solos
igual que solos fueron tus labios a parar a mi boca

y sola mi cabeza a las estrellas.

¿y mi corazón?
en tu regazo.
sin miedo a que lo rompas,
porque estallo en mil pedazos cuando lo tocaron tus dedos
y el silbido de tu voz en mis oidos,
de donde tampoco ha escapado.

viernes, 18 de enero de 2013

Razón: cuerdo, loco o tuyo.

Se van volviendo efímeras,
en cuanto abandonan tus labios,
cada vez van perdiendo más y más peso.

Ya no significa nada.

Lo que ayer era una falta de respeto,
hoy se ha tornado en confianz

espero el momento
en que una caricia no este fuera de lugar.

Sigo soñando con tus labios.

Tu sonrisa se me aparece a veces,
en esa señal de stop que me salte
o en el semáforo que no se quiso abrir para dejarme paso.

Aun así,
todo va perdiendo el sentido.

Yo me vuelvo loco.

Me pierdo en frases sin fundamento,
en rincones de mi cabeza que se parecen más a laberintos
que a las grandes autovías que se cortan de repente,
al menos sabría cuando llegué al final.

Tu recuerdo me empaña la memoria
como al cristal de mi ventana el invierno.
Perdí la última estación hace mucho
y hace tan poco a la vez.
Porque sin ti, se detuvo el tiempo.

Necesito otro segundo de compañía,
de la tuya si es posible.

La razón no me acompaña y me invade la cordura,
¿acaso hay algo peor que volverse cuerdo?

Cuerdo de atar, como diría el maestro.

Prefiero volverme loco de tu amor
que obedecer lo que la razón me ordena,

pero eso quizás sea,
porque ya me volví loco.

Para ti no hay un antídoto.