viernes, 23 de noviembre de 2012

Entre Lorenzo y Poniente

Escribí un bemol en la escalera
y las hojas que habian dejado de brotar
se cayerón,
dejandonos ver que ya era otoño,
y con el cambio de estación
llegó un cambio de era.

El verano se pasó muy rápido,
más rápido de lo que pudimos asimilar,
ya no había más pájaros por el cielo
no volví a ver las gaviotas anidar.

Creaban velos espumosos
las olas de los recuerdos,
no era Julio
no fue Agosto,
ni siquiera Septiembre incluso
era otro dio empedragoso
de un oscuro Noviembre,
cencano a Dicimbre
lejano a tu recuerdo.

Caian las hojas de los velos
que un dia cubrieron la vida de color esperanza,
donde nos adentrabamos,
donde nos escondiamos,
donde nos encontrabamos y descubriamos.

Pero llegó el otoño con su amarillo realidad
con el marrón de la tierra adentro
que ensucia nuestras almas
dejandolas desnudas como si fuesen las ramas.

Corrian los rios helados
y yo me monte en mi barca,
no queria más
que volver a la ternura de tus olas,
al agua fría que te extremece hasta los dedos,
a la arena de tus orillas en mis pies,
al calor de tu gente

quiero volver a ti
ciudad de mis rincones
ciudad de mis recuerdos
de mis escapadas y ocasiones
para reencontrarme a mi mismo.