lunes, 4 de mayo de 2015

Nos va transformando el tiempo

Ya casi no me atrevo a escribirte,
se acabó la osadía, el valor del comienzo
he quedado tocado
pero no se reconocerlo.

Se me ocurren mil versos
pero todos riman tristes.
No voy a empañar con mis llantos
tus despertares.

Solo mereces mil sonrisas.

Aunque cada vez me cueste más lograrla.

La confianza, la rutina, la costumbre...
han acabado con el misterio, el valor, la locura...

Nos hemos vuelto más sensatos, más prudentes, más callados.
Nos hemos reinventado, hemos crecido, hemos avanzado.

Y ha cambiado el miedo de aspecto.

Ahora es la incertidumbre del futuro, la realidad y la vida.
Ahora es el futuro y no el presente el que paraliza nuestros días.

¡Que estúpidos somos!
¡Que críos, que locos!

Me destrozo por la noche, me descompongo,
desato mi locura, lloro y me escondo.
Por algo que aún no ha pasado, ni se si llegará.
Y si llega será inevitable.

¿Entonces para qué llorar?
¿Para que rezar?

¿Quisiera más?
Si

¿Pero acaso hay alguien que se haya saciado de amar?

Podemos pedir imposibles,
quizás se hagan verdad.
Podemos seguir soñando,
algún día puede hacerse realidad.

Pero no podemos seguir llorando,
porque es entonces cuando jamás pasará.
Llantos, lamentos, suplicas, tiempo perdido.
Más vale poder aprovechar el que me quede contigo.
Será la única forma de recordarnos con cariño.

Y si ocurrió una vez,
¿por qué no va a ponernos más cerca el destino?

Jamás creí llegar a conocerte
y hoy solo sueño contigo.

Quizás tengamos otro golpe de suerte
quizás no
pero cada día juntos,
más bonito no puede haber sido.






No se si quien se esconde detrás de estos versos llegará a leerlos. O si llegará a leerlos alguien. Lo escrito, está escrito con el corazón y se que comparte esta sensación.
Tampoco se si llegará a leerlo alguien nunca, pero si lo has leído espero que me entiendas y que hayas compartido tu tiempo con alguien que haya sido tan maravilloso como ha sido mi suerte; aunque espero que no hayáis tenido mis problemas para disfrutar el uno del otro.

P.D: Quizás el tiempo lo haya vuelto todo menos emocionante, pero he de reconocer que también ha traído los mejores momentos, no dejemos que los estropee la incertidumbre.

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